jueves, abril 18, 2024
spot_imgspot_img

La unidad y organización del pueblo, salida ante agudización de los problemas sociales

Opinión de Osvaldo Avila Tizcareño

En mi calidad de dirigente antorchista en Zacatecas me he reunido con dirigentes locales de colonias y comunidades de municipios como Fresnillo, Valparaíso, Guadalupe, Jalpa, Trancoso y Villanueva, entre otros, donde he constatado que la gente coincide en que los principales problemas de México se deben a la desigualdad y pobreza ocasionada por la concentración de la riqueza social, es decir, la que se produce por todos los mexicanos mediante la explotación de los recursos naturales.

Desde luego que esta visión es contraria al discurso de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), Presidente de México, quien desde siempre se ha empeñado en señalar a la corrupción como lo que genera conflictos sociales por tanto enfoca acciones encaminadas a terminarla y por el otro lado su gobierno reparte dinero por medio de los programas sociales.

El Antorchismo nunca ha negado que la corrupción existiera y que hubiera que combatirla, pero siempre sostuvimos que es la concentración de la riqueza en unas cuantas manos la causa primaria de los problemas provocando que la inmensa mayoría de familias carezcan de lo más indispensable.

Pero ya estamos llegando a cuatro años del gobierno de Morena en la federación y el abismo entre ricos y pobres es más profundo que con los gobiernos “neoliberales”, del pasado, según acusa AMLO, tan sólo en los últimos dos años en los que azotó la pandemia y hubo crisis en los negocios, la fortuna de las 13 personas más ricas del país aumentó en 33.1 millones de dólares, mientras que 5.4 millones de personas cayeron en pobreza laboral agravando la situación de aquellas que ya vivían preocupadas por no tener para comer y cubrir los gastos del hogar.

En su discurso el presidente afirma que este es un gobierno de los pobres y ha decretado el fin del neoliberalismo, lo cierto es que en su gobierno los ricos siguen haciendo grandes negocios, explotando a los trabajadores del campo y la ciudad, pagándoles salarios miserables; para contrarrestar ese problema la 4T se dedica a entregar ayudas (sin afectar las ganancias de los poderosos), pero no ha hecho nada más y estas nunca, en ninguna época y en ninguna parte del mundo han acabado con la pobreza.

Dada esta situación el Movimiento Antorchista sigue insistiendo a los mexicanos que debemos organizarnos para proteger lo poco que hemos logrado a través de la lucha social y la actuación conforme a los derechos constitucionales que Morena quiere eliminar.

¿Y qué salida le queda al pueblo ante la explotación de su fuerza de trabajo, de los recursos naturales y la entrega de dádivas?

Nos queda fortalecer la unidad y la gestión en los tres órdenes de gobierno porque los problemas son cada día más delicados y crece la necesidad de vivienda, de servicios, de pavimentación de calles, de apoyos a las familias vulnerables, lo que se puede atender si seguimos luchando juntos por una mejor calidad de vida de la gente, porque la 4T solo se conforma con mantener la entrega de dinero a través de los programas sociales con lo que se obliga a los beneficiarios a seguir votando por Morena y callar ante la ola de inseguridad y la violencia oficial que ejerce Andrés Manuel López Obrador desde el 2018 cuando asumió el poder de la nación.

También debemos conocer la realidad, estudiarla, saber de política y no solo limitarse a votar como lo pide Morena, porque solo así la gente ya no será manipulada y podrá exigir un alto a la aplicación del poder que viola sistemáticamente las leyes de México y mantiene más polarizada a la sociedad mexicana que sufre la crisis de seguridad y económica.

Por eso exhorto a ejercer los derechos sociales consagrados en las leyes vigentes para defender la organización popular ante la agudización de los problemas sociales, hoy se deben reforzar la unidad y visión política como medio para enfrentar juntos los retos presentes y futuros, porque a la 4T le estorba el pueblo consciente al que persigue con todo el aparato del estado mexicano.