Alfredo Femat Bañuelos, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, condenó el asalto e irrupción de las fuerzas policiales del Gobierno ecuatoriano a la Embajada de México, así como el reprobable maltrato y vejación a su personal diplomático, perpetrados el pasado 5 de abril.
“Constituyen una afrenta a la soberanía nacional y una flagrante violación al Derecho Internacional, y en especial, a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, de 1961”, enfatizó.
Dijo que no hay justificación que valga, para violentar los principios internacionales que son una garantía de paz entre los Estados. “Rechazamos el uso de la fuerza y el atropello de la legalidad internacional por parte del Gobierno ecuatoriano. Asimismo, repudiamos las acciones del Gobierno de Ecuador en contra de la figura del asilo, como institución esencialmente humanitaria y, al mismo tiempo, como un derecho soberano de los Estados asilantes”.
Expuso que los términos de la Convención sobre Asilo Diplomático, de Caracas, también fueron violentados por las autoridades ecuatorianas.
Por ello, es igualmente reprobable, enfatizó Femat Bañuelos, el secuestro y la violencia utilizada para aprehender al ex vicepresidente Jorge Glas, a quien nuestra embajada en Ecuador tenía bajo su protección. “Ahora está ingresado en un hospital por un súbito deterioro de su salud, con lo que quedan despejadas las dudas de que su vida corría y corre peligro”.
Recordó que el prestigio de la política exterior mexicana es reconocido en todo el mundo, “por su arrojo, por su valentía y conocimiento. Los principios normativos de la política exterior, consagrados en el artículo 89, fracción X, de nuestra Constitución federal, también se acompañan de una importante tradición en figuras como la mediación y el asilo”.
Mencionó que México es y será el país que salvó a miles y miles de víctimas de dictaduras y guerras. “Lo hizo hace 85 años, en 1939 durante la dictadura de Francisco Franco, en España; lo hizo en 1945 con miles de perseguidos, por la Alemania Nazi, principalmente judíos, con Gilberto Bosques a la cabeza; lo hizo en 1973, cuando el golpe en Chile por Augusto Pinochet, y lo hizo también en 1976, en tiempos del General Videla. Lo ha hecho en innumerables ocasiones y lo seguirá haciendo. Porque México cree en la libertad, en la paz y en el asilo, como figura sagrada de la diplomacia”.
“Tal como lo señaló nuestra canciller, Alicia Bárcena, ni en tiempos de guerra ni dictaduras observamos un lamentable episodio como este. El actuar de las autoridades ecuatorianas constituye un muy peligroso antecedente para nuestra América Latina y para el mundo, en momentos especialmente convulsos, en que vivimos ante constantes amenazas”, agregó.
Ante ello, dijo que el asilo diplomático juega un papel fundamental en situaciones de inestabilidad política y seguirá desempeñando ese carácter, cuando las pasiones políticas y la violencia pongan en peligro la integridad de las personas. “Por ello, respaldo y aplaudo las acciones emprendidas por la Secretaría de Relaciones Exteriores en la defensa de la soberanía de México y en la salvaguarda de la integridad del personal de las ramas diplomática y consular de nuestra Embajada de México en Ecuador, al tiempo que elevamos nuestro máximo reconocimiento al personal del Servicio Exterior Mexicano, en especial al Ministro Roberto Canseco”.
Para finalizar, agradeció la solidaridad internacional hacia el Estado mexicano, manifestada a través de diversos pronunciamientos de Estados, Organizaciones Internacionales, foros parlamentarios e instituciones académicas, y se pronuncia por el respeto al Derecho Internacional, a los principios y propósitos de la Organización de las Naciones Unidas y del Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos y, en general, del sistema multilateral basado en reglas, para garantizar el diálogo y la convivencia pacífica entre Estados.
